Biosfera de verano
Termino haciendo un alto
justo al comienzo del camino,
al abrigo de una encina que da sombras de dehesa.
En una parcela dibujada con viejas traviesas de madera
que soportaron un tren antiguo.
Una tela es mi casa,
donde dormito sobre una bolsa de aires de jara
que relaja mis músculos puestos al sol de agosto.
Dos sillas de tijera,
una mesa plegable
y una radio que canta melodías de Drexler.
Hemos varado cerca de casa,
justo donde el Parque de Monfragüe
musita aires de grandeza,
y un cielo estrellado que nunca más se olvida.
Al raso hemos puesto las ideas cansadas de todo un año.
Airear los ánimos,
relajar los tiempos.
Y cada mañana tomamos la manguera para oler el agua,
toda la que llegó en invierno
y que ahora disfrutamos en un baño.
El reflejo de la luz en tu verano,
me ha convencido para no moverme.
Agosto en Monfragüe.
Destino acertado.-
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