A los doce


Si ha de llegar, que sea.
Y que tarde.
Que los doce veranos por los que viertes
energía en cada zancada,
sigan sin fisuras.
Que centelleen los ojos
y derramen en la mirada,
un ansia infinita por amarrarlo todo.
Cada instante un comienzo,
cada hueco nuevo un brote;
dispuesto a hender desde los dedos
hasta el alma,
hasta el cielo en fase de nube
en un estado no escrito.
Nadie anunció que te cambiaría la voz dando besos,
la intensidad que cargas cuando duermes,
embozado hasta la cabeza.
Nadie nos habló de esta belleza,
una emoción de albaceas que recogen tus pasos
y la siembra de huellas que velamos en tu envés.
Una mano sin ser vista,
asistiendo a cada duda,
acariciando las preguntas
y cuando respondes,
intercediendo por los verbos
que construyen este espacio.
Y el emblema que crece contigo,
que sujeta los logros y recuerdos,
se alza en esta loma venidera.
Julio te trajo.
Ahora navegas por nuestra vida
con la luminosidad del estío,
y tu madre guarda las nanas que concedes con los ojos,
dobladas en el cajón de los empeños,
cuando saludas cada mañana
como si estuvieras naciendo.-

Status


Escribo para que me digas que falta un hilo conductor,
seguramente robado.
Escribo para desafiar el celo gremial de las letras ordenadas,
que ha convertido versos en prosa
y a los poetas en narradores.
Escribo para que no me leas
y mucho menos me juzgues.
No acudo a los premios,
no me prodigo por compilaciones de nombres extraños
y compañeros imposibles.
He olvidado al profesor que quiso corregirme,
altivo,
seguro,
con la lección aprendida.
Aquel que enterró la ilusión, casi nobel,
con un ya veremos de Larra,
sigue trabajando, muchacho,
vuelva usted mañana.
Ahora pinto poemas en la pantalla de un ordenador,
a color,
con foto,
El único permiso es la contraseña
que yo mismo me exijo para reconocerme.
Me libero cuando escribo: no leas estas letras,
sin licencia,
sin tesis ni grados,
y si te brota el inevitable consejo,
vuélvete y disimula.
Agradezco tu visita,
pero estoy ocupado.-