No quiero empezar


Cómo te miro,
cómo licuan mis ojos
bajo la licencia de observarte,
Cómo enebro los poros de mi brazo
cuando avanzan a rozarte.
Voy rumiando las veredas
en el valle ondulado de tu camisa,
buscando un rastro,
una madriguera que convierta en nido
el rincón de las horas.
Tengo una lista con diminutivos para evitar tu nombre,
cómo apoderarme de tus letras
y jugar a enredarlas
al coser un arrullo entre susurros inventados,
cómo hojeo las reglas que marcamos,
para borrarlas,
reescribir sobre ellas cierta pasión en blanco,
cerezos en flor en nuestro jardín favorito.
Cómo elevarte en icono de mis frases,
color de mis dedos,
pasión de abril,
veranos en mayo.
Cómo reclamar que voy el primero
abriendo el papel que te envuelve,
verde cristal,
cómo conquistar los derechos
que colocaré a tus pies para que los evites,
lírica de un romance,
tarde de tormenta.
Cómo alimentan mi oído tus canciones de cuna.
Al llegar a tu puerta
reparto anillos y estelas,
tallos de licor con rodajas de querencia
y recojo lágrimas como mares
para navegar a tu cielo.-

Viaje


Cuatro días nos separan,
la distancia es un reloj que no avanza,
voy marcando las horas para animarlas.
Lejos de esperar,
limpio la ansiedad de este trayecto que soporto,
permanece la paciencia al borde del calendario,
los números se repiten en colores,
se pasean por este lago de motivos
y se resisten a marcharse.
El tiempo es un tarro de perfume,
un liberador de esencias que no se agota nunca.
Al llegar la noche respondo fatigado
a este sol demoledor de junio.
Ahora quedan tres días
y un festival de colores e ilusiones que asoma en lontananza,
cuando nuestro barco dibuja el horizonte.-


Días hábiles


Busco una razón sencilla
para seguir concentrado,
un reflejo en el agua
para reconocer mi imagen,
y que suene la voz en el curso del río.
Busco la puerta abierta
por la que escapar cada tarde,
cuando te das la vuelta
y distraes la mirada plomiza.
Busco un camino si tengo que volver
y una vereda si quiero perderme,
nada gratuito, ni casual,
busco un lugar donde no duela,
que calme un punzón de impresiones,
un remedio a esta deriva de abulias diurnas.
No volveré a aceptarlo,
he roto un contrato con la nobleza,
vuelvo al vulgo.
Busco una arista,
un cabo henchido,
un océano por delante,
un reflejo en el agua,
así es el estío.
Me empuja el calor y necesito descanso.
Lleno la maleta de días,
las noches las coloco en las sorpresas,
me marcho lejos,
a mirar otros ojos.
Me voy con los míos,
a regalarles tiempo.-



Más allá del cielo


Te busco en la coherencia
y quiero ser cabal como la luz del mediodía.
Te imagino salteada de principios,
inundada de excusas que te ahogan.
Te vendo voluntades,
empujones de un sí quiero,
tal vez lo intento,
insisto en la constancia,
porque sigo tras tus pasos
como las frases hacen libros.
Te anuncio que he llegado,
dando volteretas que disfruto
entre tu paisaje, tu vegetación y tu garganta.
Te huelo en el asfalto
que ha ocultado el camino,
y dibujo primaveras,
palabra de honor que repito para buscarte un planeta,
hacernos un mundo nuevo
donde no haya disculpas,
ni distancias,
no le pondremos nombre
y los amigos serán testigos,
invitados a este festival,
manantial de intenciones
que proclamamos a voces.
Te hago arrullos a medida,
acampado en tu espalda
me libero del fuego y te convoco,
lo exijo por derecho.-



Baño de luz


Alma de amor sencillo,
tierna luz de ilusiones,
nocturno de versos que te proclaman,
las sílabas se ordenan obedientes
al compás que reclamo un romance,
una cita a hurtadillas,
como una declaración sin intenciones.
No hay un mar que nos hunda,
nos hemos mojado los labios
en las frases más amables,
finales asonantes
de un delirio que busca rima.
Proclamo no invadirte,
como que cada día empieza.
Una esquina mojada,
bañada en la paciencia,
la inmensa paciencia de esperarte para siempre.
He cosido los años
con la aguja de un segundero,
hilvanando lento,
piano.
Si se te ocurre llamarme,
siempre contesto.-


Ni lo intento


No quiero alcanzar la luna,
ni los sueños envueltos en azúcar.
No guardo en el cajón recuerdos difuminados por el polvo.
Ni los años cicatrizan, no.
Las heridas nos marcan,
colocan su sello justo donde miramos.
Rezo oraciones de culto
para que ahuyenten disculpas,
escribir una homilía
sin pensar en el arrepentimiento,
un rosario de dudas,
de preguntas que no interrogan,
que se llenan de huidas.
La luna es reflejo del alma,
el brillo de una emoción,
sentimientos que olvidamos en cada intención
y que la rutina devuelve.
Los deseos no se pintan
si no es para cumplirlos.-


Hoja en blanco


Mi suma de razones
todavía no da infinito.
Mi libreta con motivos
guarda hojas en blanco que no consigo evitar.
Dos tardes lo intento,
si hay lluvia repito y llegaré a cuatro.
Busco un camino que ya he andado,
olisqueando una pista,
una huella petrificada que sirva como faro;
no oteo una luz al final del día,
no quiero prebendas,
no acepto recomendaciones.
Quiero llenar de cuentas este collar
y poder olvidarlo.
Mi agenda tiene dos números
y ninguno es el mío.
Mi calle busca inquilinos y el teatro aplausos.
Mis gafas gradúan el silencio
y oscurece sus cristales cuando no miramos.
Construyo un melodrama,
de final libre,
porque no me atrevo.
En cambio,
cuando menciono tu nombre,
escalo esa montaña,
para que todo le mundo me vea,
para que todos lo sepan.-

Apuntándome


El otro no existe.
La disculpa no se construye huyendo,
Ahora se deconstruye.
No hay nadie más para decir: yo he sido.
En este desierto sólo beberé
del agua que voy guardando.
O se comparte la sed.
No resuelve la disculpa
y todas las voces apuntan a mi garganta.
¿Entonces, para qué grito?
Las baladas que compongo no buscan melodía.
Hay razones que no se esquivan,
hay motivos,
el silencio no se dibuja.
Sólo cuando te señalan entre lágrimas,
y te empeñas en repetir:
Yo no he sido.-

Ruido


Ya no se escuchan rumores.
Se alejan los sonidos,
Los tambores desandan la melodía,
la que anunciaba los cambios.
El silencio de los años que rompen las dudas.
Un clamor de proclamas
que ya no es portada.
¿Quién provoca miedos o infunde risas?
Dos legiones de bravatas
y la calma rota, de repente, señalada con el dedo.
Culpable sensación de que nada he hecho.
Al levantar el ánimo,
la tormenta y los soldados
se entretienen ahora en nuevas tierras,
hitos de un bullicio provocado.
Yo vuelvo a mi morada,
a disfrutar de una derrota no consumada.-


Primer domingo de mayo


Te quiero dibujar risas y besos,
robar para ti tiempos y descansos.
Te quiero colgar del brazo cosquillas y mordiscos.
Yo fui niño con arrullos y caricias,
cucharadas de paciencia para entender los años,
palmaditas y susurros para guardar los sueños,
ahuyentar fantasmas.
Te quiero robar distancias,
levantar castillos.
Te quiero junto a mi pala
mientras la arena me cubra,
Te quiero porque el verano es siempre divertido,
y quiero los besos con olor a jarabe
y caricias para vencer la recaída.
Te quiero cada tarde esperando mi regreso,
mas allá de lo inevitable,
te quiero eternamente
y lo que quiero es volver de nuevo,
al regazo,
al refugio,
a nacer,
seguro,
al calor de tus latidos.-