Apuntándome


El otro no existe.
La disculpa no se construye huyendo,
Ahora se deconstruye.
No hay nadie más para decir: yo he sido.
En este desierto sólo beberé
del agua que voy guardando.
O se comparte la sed.
No resuelve la disculpa
y todas las voces apuntan a mi garganta.
¿Entonces, para qué grito?
Las baladas que compongo no buscan melodía.
Hay razones que no se esquivan,
hay motivos,
el silencio no se dibuja.
Sólo cuando te señalan entre lágrimas,
y te empeñas en repetir:
Yo no he sido.-

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