Buscador de palabras


Salí a tu encuentro,
así saludé una vez más el espacio que dispones.
La palabra que envuelvo sigilosa,
cuidando verbos que se tornan sustantivos,
abrigando,
una empresa locuaz
para emprender la aventura de quedarme.
Soy viajero inoxidable,
cantero de la moldeable palabra,
nacida en cautividad en un diccionario con pastas.
Así comienzo a hablar contigo:
empiezo por el principio,
en una exposición escrita
en la que ordeno ideas
que se van colando a cada letra.
Flor de un texto que riego
con la punta de mi lápiz,
extirpando adjetivos,
reiteradas cualidades que no he de cantar.
Basta un paseo por tu presencia,
un alijo de sensaciones que hundo en el paquete de folios
donde imprimo estos versos.
Ríos que no desembocan en ningún final claro.
Aquí consagro el prólogo
donde justifico tenerte,
donde pido disculpas al espacio que ocupo
y permanezco en silencio,
aguardando mi turno,
el momento en que tu nombre
se vuelve para mirarme las manos,
entonces levito,
y olvido todo lo que quería decirte.-