Loa a Luisa


Si lejos levito,
levanto los ojos locos de lavar las lágrimas.
Si largo y lejano,
limpio el lúcido reguero,
la liturgia divertida de jugar con las letras.
Si levemente la luz
recogida en tus labios,
lame lenta y melosa
por las fronteras de mi lecho,
resistida a la lealtad
de imaginar un lugar
que no sea la isla de mi almohada.
Si la letanía liberada,
licencia que conceden los locos,
disecados en la risa libre,
al lanzarse al laberinto de lo no comprensible.
Leo el capítulo
y en tu loa,
la leyenda
liba en tus recuerdos y licencias.
Lego al legarte una legión de intenciones.
Lástima de laúd que no luce
cuando, lisonjero, lucho por una lucidez que no practico.
Lucifer me tienta
en un laudo sin cuartel
que no acabará en lustros.
Luisa lava las llagas
de mi lívida lengua
y el limonero aleja los lances
de mi lunática insistencia.-


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