Tic tac y destiempo


No sirve el tiempo como disculpa,
no dispongo de soledades
que nos escondan.
No tengo el menor remedio
ni cultivo con el tedio la costumbre.
No renuncio,
el diálogo que dan los besos
lo rescata la memoria.
No me justifico
pero te quiero más cerca.
La tarde no llora sin motivos
y las razones las encuentro en el rechazo.
Si no volvemos a los brazos,
a la madeja de oraciones,
quebraremos subidos al púlpito de las pasiones,
vigilados por las aún luces del ocaso,
entonces, ¿qué será de nosotros?
Hubo un lugar donde nos anunciábamos
a la vuelta de un arroyo,
pero hemos vuelto al mar
para mezclarnos el resto de los años.-

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