A los doce


Si ha de llegar, que sea.
Y que tarde.
Que los doce veranos por los que viertes
energía en cada zancada,
sigan sin fisuras.
Que centelleen los ojos
y derramen en la mirada,
un ansia infinita por amarrarlo todo.
Cada instante un comienzo,
cada hueco nuevo un brote;
dispuesto a hender desde los dedos
hasta el alma,
hasta el cielo en fase de nube
en un estado no escrito.
Nadie anunció que te cambiaría la voz dando besos,
la intensidad que cargas cuando duermes,
embozado hasta la cabeza.
Nadie nos habló de esta belleza,
una emoción de albaceas que recogen tus pasos
y la siembra de huellas que velamos en tu envés.
Una mano sin ser vista,
asistiendo a cada duda,
acariciando las preguntas
y cuando respondes,
intercediendo por los verbos
que construyen este espacio.
Y el emblema que crece contigo,
que sujeta los logros y recuerdos,
se alza en esta loma venidera.
Julio te trajo.
Ahora navegas por nuestra vida
con la luminosidad del estío,
y tu madre guarda las nanas que concedes con los ojos,
dobladas en el cajón de los empeños,
cuando saludas cada mañana
como si estuvieras naciendo.-

2 comentarios:

FERNANDO SANCHO dijo...

Hola!
Gracias por esta sucesión de imágenes que nos has ofrecido de esos 12 años... sucesión de imágenes para llegar a un cierre que me ha gustado especialmente
"...y tu madre guarda las nanas
que concedes con los ojos, dobladas
en el cajón de los empeños
cuando saludas cada mañana como si estuvieras naciendo"

Vicente Pozas dijo...

Gracias Fernando. Es un halago para mi que analices los versos. Encantado