A tus ojos


Mirarte no es gratuito,
la dádiva es un segundo más en la memoria,
el instante en que cruzamos los ojos
sabiendo que el otro está.
Que estoy, que estás, que somos.
Así, cuando no hay contacto
brota el recuerdo:
Imaginar qué haces cuando yo te escribo,
mientras silbas, siempre silbas.
Los kilómetros que me alejan cada mañana,
acercan más los sentidos,
estás frente a mi mesa,
a larga distancia.
Ahora son tus ojos los que miran esta ausencia física
que mido en horas,
las que faltan para alimentarnos,
para tapar la sutura de la rutina.-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Quizás encontrarías placentera la lectura de "Nuevas cartas a un joven poeta" de Joan Margarit?

Ya nos lo dirás, me han gustado tus comentarios.

¡Suerte!

Vicente Pozas dijo...

Gracias, ya he buscado la editorial y lo leeré con atención. Te contaré