De campamento


Hay un tiempo que se esconde entre junio y septiembre,
abril imita a noviembre para adelantarse a mayo
y luego llega julio,
a esconder los días,
las horas en remojo huyendo de febrero,
porque a enero lo traen los magos y no cuenta.
Busco en los meses escondidos
un enorme cajón de semanas que todos añoran,
semanas de maletas,
de relaciones
y sorpresas
porque, a veces, hay más gente de la que creemos.
En esta ocasión hemos encontrado agosto,
nos saludaron desde Sierra de Gata,
allí nos quedamos.
Yo he encontrado agosto,
lo trajeron unos amigos envuelto entre pinos
y agradables palabras.
Lo he guardado en mi maleta favorita,
no cogerá polvo
y podré volver a usarlo el año que viene.
¡Cuántos recuerdos despiertos!
Hemos hablado de ello,
ella y yo, en agosto,
mientras compartimos un beso regado de placeres.-


1 comentario:

marisol dijo...

Buenas Vicente y familia!! el placer mayor ha sido para nosotros. Que personas ajenas entren con tanta facilidad a un mundo, un poco de "locos" adultos, donde se prioriza la relación personal por encima de cosas tan "importantes usualmente" como la higiene, comodidad, etc. nos encanta y da fuerzas para seguir reservando unos días al año para ello. Ha sido un placer poder compartirlo con vosotros y, ya sabeis, al año que viene estaremos allí. Un abrazo para toda la familia
Marisol