A sabiendas que te sigo


Sigo el silencio de tus pasos
porque la huella que dejan
pinta romances acompasados.
El sigiloso devenir de los deseos
templa el camino allanado por donde pisas,
Digo que los años se alimentan de nosotros,
un menú de recuerdos sembrados a conciencia,
prestos a continuar bajo la lluvia de los impulsos,
gotas de este cielo líquido que cae sobre ambos.
La nebulosa que nace de cada intento,
la estela de impresiones que fijamos al suelo elegido.
Liberado de excesos repentinos
recojo en cada tiempo un soneto licuado,
constante,
que se extiende más allá de lo previsto.
He dejado que traces la ruta convenida
para disfrutar de la sorpresa de seguirte.
Así somos,
como la suela que marca en la arena
la naturaleza de los sueños recorridos.-


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