Memorias de la Duda


Los días ya no sirven,
cuando han pasado y son historia los guarda el recuerdo.
Si los despierta un olor o un sonido,
se sueñan por aquello que no hicimos
y se aferran a un tal vez, a la duda febril de si hubiera sido.
A la desazón de un beso escapado,
aún ignorando que no será lo mismo.
Aquel día no es aquel, aunque nos acordemos.
Me despiertan los días que no me atreví,
y los que estuve a punto.
Me asustan otros tantos que no te dije,
y la vergüenza que entonces sentía.
Yo lo pensaba,
pero aquel día no era el día,
y hoy el motivo no es momento.
Me supuran los días que me han cambiado,
e ignoro los que a ti te han crecido,
aunque desconozco si estos días serían otros de haberlo sabido,
en un imperfecto que no domino.
Los tiempos de un pasado que la memoria
se empeña en vestir de presente.
Aquellos eran días, hoy también, aunque estemos lejos.
Tú en tu sierra,
yo en mi convento.
Y me empeño, y aún así no lo consigo,
que construir días no es cosa de amantes,
aún cuando brillas en el cajón de los deberes,
nada podrá corregir los instantes olvidados en cruzarnos,
empañados de melancolía,
un solo fugaz,
el segundo en que pensé decírtelo sin atreverme.
Es un día que predije porque no supe hacerlo.
Era un día que no era
y que hoy insiste en serlo.
En la memoria queda la duda, liberada monotonía,
pero no el remedio.
Tu allí,
yo he pasado.-


2 comentarios:

Liberto Brau dijo...

Me conmovió tu poesía, tus imágenes que hice mías nada más leer... Te encontré por feliz azar... A veces el Destino me regala joyas como ésta... Excelente escritura, y no menos sugestivos los contenidos… Fue una agradable sorpresa encontrarte… Ojalá tengas curiosidad por el mío que recién comencé hace una semana a publicar una novela por capítulos, “Amanece púrpura”; una novela en proceso, de la que ya he editado el primer capítulo y una parte del segundo. Iré escribiendo los siguientes siempre que haya lectores “suficientes” y “paguen” por su lectura con el impuesto revolucionario de sus comentarios… Bueno, hasta otra, en tu casa o la mía… Un saludo cómplice. Volveré.

Vicente Pozas dijo...

Gracias, encontré tu blog, y leeré tu propuesta, empezaré por el principio y te cuento