Barricadas y algodones


Voy a tu esquina cargadito de risas,
viaja conmigo una lágrima con millones de emociones,
caben todas las que han crecido a mi lado.
Llego a tu tierra a sembrar anuncios,
revelaciones intencionadas
de una declaración formal para ocuparte.
Destrozo la tela que nos separa hasta llegar a los surcos
de cada uno de tus poros
y tras de mí suenan tambores según me voy acercando
y en el promontorio que da al mar de tus decencias
instalo una bandera que despiste a otros marinos.
Los héroes se retiran en favor de los poetas.
Nos complicamos con frases de azúcar,
nos extraviamos en suspiros de almíbar,
puestos a empezar,
decidimos no comenzarlo
y los dedos, como las raíces, se nos van clavando,
como este jarrón que se ha llenado de libros.
Un puente de empujones que nos cruza al instante presente,
y al elevarnos nos convertimos, atónitos, en un mismo reflejo.
La frontera de lo evidente es un breve escarceo
de viejas pasiones con aires de trinchera.-


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