Cine Coliseum


Yo sí recuerdo las tardes de domingo,
leves, terminables,
huyendo del día siguiente.
¡Claro que no he olvidado!,
el cine con olor a niño,
los chupachus de azúcar
para mitigar la pena.
Y ocultar que se marcha la semana,
siempre los domingos por la tarde.
Y como asoma una más,
que también tendrá un martes,
lento, sin remedios,
y un viernes exaltado
que vendrá a salvarnos.
Así se nos dibuja en el sábado
la alegría de poseerlo todo.
Será más triste el domingo,
más largo,
y volveremos al cine,
como niños,
en doble sesión continua.-



3 comentarios:

Ruth Hernández Boscán dijo...

me llevo una de tus grullas, para este lunes...

dos besos

Ruth Hernández Boscán dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

gracias, feliz vuelo