Apago tu nombre




Reinvento un color de banderas,
tal y como polinizan tu ojos
mis maneras esclavas.
Logro que el lujo sea sólo mi nombre
en tu boca.
A veces,
otras veces,
muchas veces
no me llamas,
y cambio mi estandarte por cornetas que truenan.
Así te llamo yo
si tú no me pronuncias.
Avanzo sin camino
perdiendo los pasos que doy,
una leve postura que me encuentre ocupado
cuando volvamos al nido,
junto a un sendero de dorados y grises,
a perdernos del ruido
bajo el sol de la noche que nada ilumina.
Es una atención que reclamo,
mientras no te oigo
y me suena a lejos
y las distancias me dan miedo.
Pero quiero separarme
y estar más contigo.
Fingirme dueño,
con mi color domado,
oculto levemente sobre tu tierra mojada.-


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